¿Seguro que era un lapsus linguae?

Hoy he ido a Misa a las 7:30. De pie, en estado quasi-cataléptico respondía con toda mi buena fe a la buena monja que dirigía la lista de peticiones desde el ambón: "Que los hombres etcétera, etcétera". Y yo, desde los más hondo de mis ojeras vitales: "Te rogamos, óyenos". Y, de pronto, me ha despertado con su lapsus linguae. Con su deje y acento aragonés -no me extrañaría que fuera de Zaragoza-, ha empezado su oración: "Que el Señor elimine a los gobernantes...". Y se ha parado en seco, consciente de qué decía. Tras un brevísimo silencio, se ha corregido: "Que el Señor ilumine a los gobernantes...". No recuerdo qué ha pedido. Pero la primera versión me ha tentado un rato: no me parecía del todo mal. Bromas aparte, quería señalar dos cosas: que los cristianos rezamos por los gobernantes, por mal que lo hagan, y precisamente por eso mismo; y que, dado que siempre habrá quienes nos gobiernen, ojalá aprendan alguna vez que se trata de servir a la sociedad, y no de servirse de la sociedad.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Buenísimo, cómo me he reído.
Jose Quintano ha dicho que…
Ya somos dos, anónimo.