Ciencia y fe

Lo bueno, si breve, dos veces bueno. (Y si no bueno pero breve, al menos breve )

Pues eso, que no tengo tiempo hoy.

Una frase densa y verdadera, típica de la mejor tradición filosófica, que aunaba verdades con brevedad y belleza en la forma.

"En efecto, el saber científico no basta, necesitamos amor, sentido, esperanza, un fundamento que nos ayude en la dificultad."

Ahí está, de la mano de un pensador, la descripción de lo que nuestra sociedad echa en falta. Los hijos de la ciencia (que eso somos) no dejamos de ser hombres. Y nos falta, si nos cerramos en la ciencia y sólo en ella, todo lo que en su cita dice.
Es el Papa. Y sigue un rato. La añado entera ahora.






Queridos hermanos y hermanas:

En esta catequesis deseo contestar a la pregunta ¿qué es la fe y qué sentido tiene en un mundo de ciencia y técnica? Es paradójico que a pesar de tantos logros el hombre no haya crecido en humanidad, que se sienta desorientado en cuestiones fundamentales de la existencia. En efecto, el saber científico no basta, necesitamos amor, sentido, esperanza, un fundamento que nos ayude en la dificultad. La fe es eso, encomendarse a Aquel que nos da una certeza distinta, pero igualmente sólida, Dios. No es, por tanto, el mero aceptar una serie de verdades, sino adherirse a quien me da esperanza y confianza.

Lógicamente, al revelarse, Dios ha llenado de contenido la fe, pues mostrándose en Cristo, ha manifestado su amor en la Cruz. La fe es creer en ese amor inmune a nuestra malicia, que es capaz de redimir toda esclavitud y darnos la salvación. Confiar en este amor conlleva también saber que es un don que hemos recibido, que no merma nuestra libertad ni nuestra inteligencia, sino que las exalta

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