Hope never dies

En una excursión que se presentaba buena y fue óptima, estuve el otro día en Toledo. Más tarde saldrá a la luz todo lo esplendoroso que pude ver allí. Pero empecemos por lo profano: esa pintadita simpática en un establecimiento comercial.

Lo primero es que la vio David, un amigo de New Jersey. Ya se ve que estaba buscando cosas en su lengua materna. 

"La esperanza nunca muere", dice el grafiti. Y es verdad: el hombre funciona así o, mejor dicho, es capaz de funcionar así. 
¿Alguna explicación?
Varias habrá. Como mínimo, ésta, católica: el hombre está hecho a imagen y semejanza de Dios. Por eso mismo, es capax Dei, capaz de Dios. Más todavía: tiende a Dios y sólo con Él se llena. Es, en parte, inmortal: su espíritu lo es de cabo a rabo. Y cada uno lo será tras la resurrección de la carne, que no sólo somos alma, sino unión inseparable (o separable por un tiempo) de ambas.

¿Y qué tiene que ver? Tiene que ver que siempre queda algo divino en el alma de los hombres: la esperanza es la espera intumbable de algo bueno gracias al amor que uno tiene a ese algo. O alguien. O, máximamente, Alguien. Porque el bien está graduado: todo lo que tiene ser es bueno, pero hay grados de perfección en el ser y, por eso mismo, grados de perfección en el bien. No es lo mismo -lo sabe cualquiera- un libro que un buen libro. Decimos que "es más"o, sobre todo, que "es mejor". Dios, un Padre Bueno, es la única base válida para la esperanza del hombre ante cualquier dolor. Basta por ahora.

¿Y por qué la gente tiene esperanza de las cosas buenas? Porque nos han hecho así, para algo que se ha incoado aquí y que se culminará allí, sea eso lo que sea. En cierto sentido, uno acabará viviendo allí lo que haya empezado aquí.
Sorprenden, en este sentido, dos cosas:

a. la frasecilla de Dostoievski: "si Dios no existe, todo nos está permitido". Y el pensamiento tan humano y antiguo según el cual debe haber un juicio tras la muerte, para que el injusto pague, y el justo sea premiado. 

b. el libro de C.S. Lewis "El gran divorcio: un sueño", en el que se plasma una bonita imagen sobre esto mismo que decimos: que el más allá empieza en el más acá; que uno puede vivir un infierno aquí mismo. Y que, pese a parecerlo a todas luces, puede uno hacer de una celda en Auschwitz un pedazo de cielo. No querría ser irreverente o faltar a nadie, pero hay quienes han sabido cargar con cruces muy grandes.  Otros nos quejamos por un alfilerazo.

(Por cierto que David me sugirió otra frase. Yo le dije que en castellano se decía "la esperanza es lo último que se pierde" y él añadió un precioso: "Hope springs eternal ". Hechas mis breves pesquisas, ahí va el resultado: se trata de un primer verso (un trozo) de un poemilla de Pope. Lea usted, buen hombre...


Hope springs eternal in the human breast;
Man never is, but always to be blessed:
The soul, uneasy and confined from home,
Rests and expatiates in a life to come.
– Alexander PopeAn Essay on Man (sacado de aquí, de la Wikipedia)

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