Corrupción y demás (o las ventajas que tendría leer el Catecismo)

Por supuesto: es horrible predicar una cosa y no cumplirla. Horrible... y muy humano. Pero compensa tener el listón alto. Eso hacen, por ejemplo, todos los deportistas: ponerse retos.
De un tiempo acá, nos habíamos olvidado de decir a qué hay que tender, y ahora, estamos viendo que se nos ha caído el edificio de la sociedad y nos hemos puesto a dar consignas a toda prisa y sin razonar mucho.
 
Lo digo porque, en algo tan "viejo y pasado de moda" como el Catecismo (en su compendio, o resumen), se dicen verdades como puños. Desde hace años. Y otro gallo nos habría cantado. Repito que una cosa es decir y otra, hacer. Pero también sé que mejor decir y no hacer, que ni decir ni hacer. El cinismo de decir que "ni lo intento" no es virtud; intentarlo, por lo menos, es lucha: cosa buena.
 
Repasemos un pequeño punto.
El séptimo mandamiento: No robar. Con eso bastaría. Pero hay más. Y son temas en los que estamos ahora muy empeñados todos.
 
506. ¿Qué otras cosas prescribe el séptimo mandamiento?
 
(En el Catecismo, puntos 2407-2415 y 2450-2451)
El séptimo mandamiento prescribe el respeto a los bienes ajenos mediante la práctica de la justicia y de la caridad, de la templanza y de la solidaridad. En particular, exige el respeto a las promesas y a los contratos estipulados; la reparación de la injusticia cometida y la restitución del bien robado; el respeto a la integridad de la Creación, mediante el uso prudente y moderado de los recursos minerales, vegetales y animales del universo, con singular atención a las especies amenazadas de extinción.
 
Ser de palabra, no robar, y la ecologíal. Increíble. Pero cierto.

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