El Mundial de Fútbol (posibles lecciones, VIII): Renovarse o morir

Leo palabras de Alonso, que parece que se está liando con él lo que no está escrito: 
"Un fracaso muy inesperado. No hemos sabido mantener ese hambre. Probablemente la cuota de éxito estaba agotada". 
Y añade: "No hemos sabido mantener ese hambre, esa ambición. Mentalmente, no estábamos preparados y físicamente, justos".

Pues se ve que hay jaleo para rato. Porque Cazorla dice que Alonso se equivoca, que sí hubo ambición y demás. Yo me fío mucho más de Alonso. Creo que a los jugadores -a los que más cuentan- le cogió el Mundial fuera de juego. 

Pero se trata de que nos está cundiendo demasiado -y podemos aprovecharlo para la vida, en general- el "renovarse o morir". Digo demasiado porque renovarse es hacer las cosas nuevas, pero parece que haya que hacerlo todo nuevo, y es muy difícil creer que queremos eso. 

Cualquiera que sepa algo de gobierno de personas -y no hace falta ser experto- conoce que más vale no cambiarlo todo de golpe. Ni siquiera intentarlo. Es una falta de prudencia, por lo general. Porque eso es suponer que todo ha ido mal. Lo cual suele ser o una falta de objetividad en el juicio (una equivocación involuntaria), o una mentira (una equivocación voluntaria con ánimo de engañar). No analizaremos ahora este particular de la Selección, que es más cómodo hablar en general. 

El que se renueva del todo, muere. Los grandes cambios, que deben hacerse a veces, es prudente hacerlos con calma, escalonadamente. Sobre todo si se quiere conservar algo de fondo.
Las células que tiene un hombre van cambiando, pero poco a poco. Y el hombre sigue siendo el mismo. En la Selección, y en la vida misma, deberíamos hacer igual.

PD. Ya que estamos, opino que Alonso todavía está para dar guerra. La edad no lo es todo. Véase  Pirlo.

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