¡Cementerio a la vista!


Esta mañana he tenido la suerte de ir con un gran amigo a dar un paseíllo en bici. Hemos acabado en Santa María de Talló. Ahí, sin comerlo ni beberlo, una iglesia del siglo IX. Ya está reformada, claro. Pero ahí estaba. Añado foto de internet. 
Sin embargo, lo que más me ha llamado la atención ha sido el precioso cementerio -por mucho que suene a oxímoron-  que tenía anexo: cuidado y cementerio de la ce a la o.  La foto es mía. Se nota.

La muerte a la vista: en plena cara. A mí, personalmente -y supongo que por eso lo ponían ahí entre otras cosas- me ha dicho: "mira, José: estás de excursión en un día soleado, disfrutando. Un día morirás. Aprovecha el momento" El carpe diem, que tantas versiones tiene. Y lo de Jorge Manrique, vamos: sus Coplas a la muerte de su padre:
Este mundo es el camino
para el otro, que es morada         
sin pesar;
mas cumple tener buen tino
para andar esta jornada
sin errar.
Partimos cuando nacemos,           
andamos mientras vivimos,
y llegamos
al tiempo que fenecemos;
así que cuando morimos
descansamos.     
Antes -yo tampoco soy un anciano aún- a algunos nos la hacía memorizar y recitar. Buenísima.
Ahora, la muerte se nos esconde. Y es natural y antinatural a la vez. Natural porque de hecho todo acaba. Y antinatural porque hay un algo que nos dice que no debería ser así. 
Luego, lo de siempre, viene el catolicismo y te dice que, efectivamente, tus anhelos son naturales. La resurrección no ya del alma, sino de la carne: el hombre no es espíritu. Lo que tanto nos hizo disfrutar y a veces sufrir -el cuerpo- volverá. En plenitud. 

Resultado de imagen de santa maría de tallóPues bien. A eso me refería. Se esconden los cementerios (se suelen poner ahora en las afueras) porque tal vez ya no se entiende la muerte en nuestro panorama. Es como la hija fea en la familia de rubias: que no salga en la foto. Pero, mira, es tu hermana. Es este, además, un mal ejemplo, porque es solo fea en apariencia. Quizás el patito feo nos sirva para eso. O la cenicienta, mejor incluso. 

No sé si compensa esconder  la muerte. Sí me parece que compensa darle vueltas de vez en cuando, de modo sano y razonable. Y más ahora, cuando los transhumanistas pretenden acabar con ella a toda costa (y sería clave aquí es "a toda costa"). Es la última herencia del cristianismo, parecen decir entre dientes. Pero esto ya va para otro día. 

Un refrán sencillo para acabar:
"Muerte, infierno y gloria
 tiene el cristiano en la memoria"
Así se decía antes.  
Pues eso.

Comentarios